Eduardo Cotillas Provencio es Ingeniero Agrónomo de Industrias Alimentarias y Licenciado en Ciencia y Tecnología de Alimentos por la Universidad Politécnica de Madrid. Además, realizó el Doctorado en el campo de “Ciencia, Tecnología e Ingeniería de los Alimentos”.
Tiene una trayectoria profesional ligada a la I+D+i dentro del sector agro-mar-alimentario desde hace más de 20 años, tanto a nivel privado como público. En particular, destaca su experiencia en el CDTI (Agencia Española de Innovación) durante casi 15 años donde desempeñó puestos de diferentes responsabilidades como evaluador, gestor de proyectos y responsable de promoción sectorial, tanto a nivel nacional como internacional. Desde abril de 2019, es Director de I+D+i de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) y Secretario General de la Plataforma Tecnológica “Food for Life-Spain”, la mayor plataforma tecnológica española en el sector agroalimentario, promotora de cientos de proyectos de I+D+i. Charlamos con Eduardo sobre las claves de la innovación en la industria alimentaria. 1.- Siendo una de las principales industrias del tejido económico español, ¿qué supone en términos de inversión las iniciativas de innovación que la industria alimentaria viene impulsando durante los últimos años? La industria alimentaria apuesta por la innovación para seguir adaptándose a las necesidades de los consumidores, con productos seguros, de calidad y sostenibles. En este sentido, se desarrollan numerosas iniciativas de innovación, tanto de producto como de proceso y servicio. De esta forma se consigue alinear las inversiones con la cadena de valor alimentaria. Actualmente se van consolidando en nuestro sector modelos de innovación ya conocidos como las startups, las Plataformas Tecnológicas, Clusteres, que participan en el ecosistema facilitando el llamado “Open Innovation”. Por su puesto no hay que olvidar los grandes Centros Tecnológicos y de investigación que tenemos en nuestro país donde se desarrollan la mayoría de las innovaciones en nuestro sector. Es por ello que FIAB trabaja con empresas, centros de investigación públicos y privados, universidades y otros miembros de la cadena de valor, incluida la Administración Pública, para desarrollar proyectos de investigación, desarrollo e innovación que respondan a las necesidades de la industria de alimentos y bebidas y de los consumidores. A nivel internacional, trabaja para promover proyectos europeos con el resto de países miembros de la Unión Europea y FoodDrinkEurope, así como programas internacionales, promoviendo la formación de consorcios. FIAB también trabaja en la Estrategia de Bioeconomía Española y Europea, formando parte del Panel de Partes Interesadas de la Comisión Europea. Actualmente, FIAB apoya la presidencia de la Plataforma Tecnológica Food for Life-Spain, respaldada por la Administración Pública y referente en I + D + i en el sector de la alimentación y bebidas. 2.- ¿Cómo han ido evolucionado las prioridades de las empresas agroalimentarias a la hora de definir sus planes de innovación a lo largo de los últimos años? Las empresas agroalimentarias que tienen implementados planes de innovación han trabajado activamente observando al consumidor y las necesidades que el mercado ha ido mostrando. Hace unas décadas las prioridades de los productos agroalimentarios estaban fundamentalmente relacionadas con la seguridad alimentaria y calidad de los alimentos. Posteriormente las empresas se enfocaron en abrir el abanico de productos disponibles, desarrollando alimentos enriquecidos y nuevas gamas de productos. Actualmente la tendencia es que los productos sean sostenibles, además de seguros y de calidad, debido a la gran concienciación del consumidor con el medio natural y la conservación de los recursos del planeta. 3.- Muchas voces vienen señalando en los últimos meses que una de las principales claves de futuro de la industria alimentaria pasa por la innovación, ¿cuáles considera que deben ser los principales ejes sobre los que la industria debe basar dicha innovación? La innovación es necesaria en todos los sectores. En la industria alimentaria es fundamental para poder adaptarse a las necesidades de la sociedad. En una población mundial en continuo crecimiento, aumentar la eficiencia de los procesos y el aprovechamiento de los recursos son unos de los grandes retos. Para ello es necesario el uso de las últimas tecnologías, como son las que abarcan la transformación digital y transición sostenible de las empresas. 4.- ¿Qué rol debe desempeñar la digitalización en las políticas de innovación? ¿Cuáles son las principales dificultades que las empresas del sector afrontan a la hora de impulsar una economía auténticamente digital? La digitalización de las empresas actualmente se considera como un proceso obligatorio. Esto no quiere decir que todas las empresas tengan que implementar las tecnologías como Inteligencia Artificial, Big Data, Machine Learning, etc. Se deberá estudiar cada modelo de negocio de las empresas para adaptar su transformación digital. Las políticas de innovación incluyen en ocasiones los procesos de transformación digital de las empresas. Se considere o no a la digitalización como una innovación, es fundamental que existan políticas que apoyen esta transición. Las empresas que presentan mayores dificultades en este proceso son las PYMES, y más concretamente las que cuentan con menos de diez empleados, conocidas como micro-PYMES, que muchas veces solo cuentan con 2 o 3 empleados. Es por ello que las políticas de apoyo a la transición digital de la economía deben tener muy en cuenta estas casuísticas. 5.- ¿Cómo están evolucionando las preferencias de los consumidores a la hora de consumir los productos alimentarios? ¿Cuáles son las principales tendencias de futuro en este ámbito? ¿En qué medida las empresas alimentarias están logrando dar respuesta a estas tendencias? Como ya se ha mencionado antes, el consumidor cada vez está más concienciado con el cuidado de planeta y sus recursos naturales. Esto aplica a la industria alimentaria con el aumento de la demanda de productos que tengan en cuenta la sostenibilidad en la cadena de valor. Las empresas del sector cuentan con un abanico de productos cada vez más amplio, donde el consumidor tiene la opción de elegir los alimentos que mejor se adapten a sus gustos y necesidades. En los próximos años muchos proyectos de innovación que lleva acabo el sector se focalizarán en seguir disfrutando de los alimentos y bebidas en casa, para lo que aspectos como packaging inteligente o el aumento y acondicionamiento de la vida útil de los productos, deberán ser tenidos muy en cuenta por las empresas del sector para mantener su cuota de mercado. En el canal HORECA, nuevamente las tecnologías digitales se verán beneficiadas en aras a mantener una oferta variada, ágil y segura, independientemente del segmento en que se encuentre. 6.- La pandemia generada por la COVID-19 ha demostrado el carácter estratégico de la industria alimentaria en España, habiendo sido ejemplo internacional a la hora de asegurar aprovisionamientos y mantener la actividad en los momentos de confinamiento duro. ¿Qué líneas de apoyo considera necesarias por parte de la Administración para consolidar y reforzar este carácter estratégico? La industria de alimentación y bebidas ha visto reforzado su papel estratégico durante la pandemia provocada por el COVID-19, por lo que la confianza a lo largo de la cadena se ha fortalecido, dotando al sector de estabilidad para empezar a posicionar nuestra oferta con mayor valor, alcance e incluso variedad de productos. Así, se ha podido ver cómo se han reforzado los diversos canales de distribución, facilitados por la digitalización y el impulso del e-commerce, y que han demostrado ser eficaces durante el confinamiento vivido meses atrás. En cuanto a reforzar el carácter estratégico del sector, tanto los productores y los transformadores han sufrido el cierre de la hostelería, la paralización del turismo y las dificultades en las exportaciones, por lo que toda la cadena ha asumido cambios en los protocolos laborales y eso implica unos costes y una reorganización sobre todo en términos de logística. La Administración debe tener en cuenta estas nuevas situaciones, ya que como cadena, ningún eslabón puede funcionar sin el otro, y el equilibrio entre ellos es la clave para ser más competitivos y ganar valor. Para garantizar este aspecto, nuevamente la tecnología y la I+D+i serán determinantes, así como el apoyo para la internacionalización de las empresas. 7.- Este contexto de crisis sanitaria y económica ha supuesto dificultades añadidas a las empresas del sector a la hora de mantener su potencia exportadora. ¿Cómo pueden colaborar las iniciativas innovadoras de las empresas a superar dichas dificultades? La búsqueda de nuevos mercados como la expansión internacional es uno de los principales retos de las empresas del sector, debido al valor añadido que pueden aportar nuestros productos. Con la tecnología Blockchain se obtiene la trazabilidad durante toda la cadena de valor, que permite certificar el origen de los productos garantizando su calidad. 8.- ¿Cómo están desarrollándose las negociaciones que la FIAB viene manteniendo con los Ministerios de Agricultura e Industria para la concreción del PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) para el sector agroalimentario que se anuncia para este otoño? Desde FIAB consideramos que es esencial que se apoye al sector agroalimentario debido a su carácter estratégico, y el PERTE anunciado es una buena noticia para el sector. Por nuestra parte estamos totalmente abiertos a colaborar con la Administración, para lograr el mayor alcance posible y poder hacer llegar las ayudas a las empresas del sector de una forma adecuada. 9.- ¿Cómo puede ayudar este Proyecto al impulso de la innovación en la industria agroalimentaria? Las empresas agroalimentarias son buenos ejemplos de entidades que apuestan por la colaboración público-privada, realizando numerosos proyectos de I+D+i que permiten mejorar la competitividad de las mismas. Por ello este proyecto tiene una gran potencial en nuestro sector que ayudará a impulsar la transición a una economía más sostenible y digital.
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